Ya me había olvidado de que escribí esto en su día. Lo puse en la sección "Ralladas mentales" de los artículos de La Piedra de Cristal.
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Esto es fácil. Según el diccionario relación afectiva y desinteresada entre personas (aprecio, afecto, cariño), a parte de persona con la que se tiene una amistad (amigo, conocido) y conocidos influyentes (ej: tiene amistades en el gobierno) Hasta aquí bien: todo el que no sepa a la primera describir una palabra va al diccionario de la RAE (o a cualquier otro) y puede encontrar el significado, pero, ¿y si nos preguntasen cómo definiríamos nosotros la amistad?
Para empezar, estoy en desacuerdo algo que pone el diccionario (en este caso el Esencial, Ed. 1.993): eso de que amigo y conocido son sinónimos. En mi humilde opinión, y puedo estar acertado o no, un conocido es alguien que te puede caer bien o mal, o tal vez ni bien ni mal; es alguien que puede que te haga de vez en cuando algún favor, y puede que tú le hagas alguno de vez en cuando; o puede que sea una persona que disfruta insultando a los demás, de tal manera que los que son generalmente el foco de sus insultos jamás pueden moralmente considerarlos amigos, ya que otra cosa sería confiar en quien no merece tu confianza.
Un amigo es mucho más: un amigo es alguien que te tiene afecto sincero, alguien que no te haría daño conscientemente, alguien que a lo mejor te puede contar alguna mentira de vez en cuando (las mentiras son algo inherente al ser humano, reconozcámoslo) pero jamás lo hace con la intención consciente de hacerte daño. Un amigo hace favores sin pedir nada a cambio, un amigo puede meterse con uno de broma, porque entre amigos se hacen muchas bromas que a veces hacen daño sin pretenderlo, pero las bromas nunca se llevan hasta el extremo de ofender profundamente a nadie.
Un amigo no tiene por qué pensar lo mismo que tú: al revés. Yo al menos prefiero que haya diversidad de opiniones. La amistad se basa en respetar las opiniones de los demás, se compartan o no. Hablando de política (un tema que me apasiona), por ejemplo, yo tengo amigos del PP, PSOE, IU, BNG, independientes y anarquistas. Me dá igual lo que piensen otras personas en materia de inmigración, educación, lo que piensen de la mochila de Pocholo, lo que piensen respecto a si hay vida después de la muerte, de si el hombre llegó a la Luna... Esas personas, para ser mis amigos, no deben compartir previamente mis opiniones, pero deben respetarlas, porque yo no voy jamás a renunciar a mis ideas: jamás, por poner un ejemplo, podría ser amigo de uno de esos racistas que niegan serlo, pero que a la hora de la verdad no aguantan a moros ni a gitanos, aunque sí a negros (racismo selectivo, curioso), ya que a parte de que esa intolerancia me repugna tengo un amigo musulmán; tampoco sería amigo jamás de un xenófobo que, igualmente niega serlo (aceptarlo está mal visto), pero no aguanta ningún sudaca; ni sería amigo de alguien que odia sistemáticamente a homosexuales, desprecia a las mujeres, o considera cómplices de los terroristas a los votantes de Izquierda Unida (no sabía que yo mismo fuese cómplice de ETA) Ese tipo de gentuza intolerante debería reflexionar antes de ofender con esos zurullos en vez de palabras que les salen de la boca.
Un amigo, cuando cree que hizo algo malo, se debería disculpar ante el que se haya ofendido. Si no lo hace, el ofendido generalmente le perdonará de todas formas, ya que un amigo debe perdonar (lo dice ese libro de literatura fantástica que llaman la Biblia y eso) Pero si, por ejemplo, un amigo te insulta y desprecia constantemente por tu forma de ser, por tus gustos políticos, culturales, literarios, gastronómicos o de otro tipo... en definitiva: por tus ideas, esa persona no debe (en mi opinión) ser considerada un amigo.
Lo reconozco, no tengo muchos amigos. Si fuese más extrovertido probablemente desde niño habría hecho muchas más amistades de las que tengo, cosa que me habría alegrado muchísimo. Pero tengo la seguridad de a quien considero amigo jamás me va a fallar. Mucha gente va presumiendo de que tiene muchos amigos, lo cual es una cualidad que admiro y envidio sanamente (creo), pero habría que preguntarse a cuántos de esos amigos confiarías un secreto muy íntimo, cuántos son capaces de aguantarte tus penas, y cuántos realmente te comprenden (y a cuántos comprendes) No estoy hablando de amor, ya que eso es (o se supone, algo más profundo), sino de verdadera amistad. Y eso es algo que se debería conservar, ya que merece la pena ser amigo de los que son tus amigos.
Publicado originalmente por Drow_male en La Piedra de Cristal
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