sábado, marzo 28, 2009

Cómo sacar buenas fotos de OVNIs

Divertida (al menos para mí) charla impartida por el Presidente (Óscar Blanco) y el Vicepresidente (Borja Tosar) de la Agrupación Astronómica Ío. Como explicaron durante la charla, ellos no son científicos: son ciudadanos comunes con la aficción común de ir habitualmente a observar el cielo.
"Ya está el pesao de Drow_male sacando fotos para su blog"
Y nadie mejor que ellos para presentar una conferencia sobre "Cómo hacer buenas fotos de OVNIs". Un tema, como dijeron, "muy amarillista", que atrae a todos los medios de comunicación (de hecho, prácticamente toda la prensa local se puso en contacto con ellos, empezando por La Voz de Galicia).

Para empezar, debemos saber qué es un OVNI: "un objeto volante (real o imaginario) que no sabemos lo que es"; es decir, es algo "subjetivo". Se suele asociar con dos ideas aparte: "una visita extraterrestre" y la "posibilidad de vida fuera de la Tierra".

¿Y qué debemos hacer en caso de ver un OVNI? "Lo primero de todo, mantener la calma y ponderar la respuesta al estímulo" ("de hecho, hubo accidentes de tráfico causados por la observación de OVNIs"). Después, observarlo claramente y registrarlo del modo más riguroso posible (con una cámara y, tras la desaparición del fenómeno, en un bloc de notas anotando fielmente todas sus características). Posteriormente, analizarlo (comparando con una serie de fenómenos) y, finalmente, "comunicárselo a la agrupación astronómica local" (en La Coruña, es la Agrupación Astronómica Ío).

Luego hicieron un repaso de los diversos fenómenos que la gente suele llamar OVNIs, tanto naturales (desde estrellas o planetas a descargas eléctricas, pasando por una bandada de insectos que pasen bajo una torreta de alta tensión) como artificiales (desde aviones hasta los satélites Iridium).
No está sacada en Tatooine, sino desde la Domus.
La siguiente parte de la conferencia fue una sucesión de fotos, donde aparecían diversos fenómenos calificados como OVNI. Nubes lenticulares, conjunciones de planetas, que el objetivo esté empañado, el fenómeno conocido como paraselene, o espejismos (que muestran lo que hay más allá del horizonte debido a la curvatura de la luz, producida a su vez por temperaturas extremas).

Dejaron claro que, no sólo no hay pruebas de las visitas extraterrestres a nuestro planeta, sino que son muy fáciles de conseguir: "una fotografía hecha con una diapositiva especial es imposible de trucar, y los supuestos ufólogos deberían tener una gran cantidad de fotografías de este tipo", pero todas están borrosas.

También serían intrucables las fotos sacadas desde los satélites artificiales: "con una emisora de radioaficcionado, una antena y un PC se reciben las imágenes en tiempo real, sin posibilidad de censura", pero NO hay fotos de naves extraterrestes.

Tampoco hay restos de materiales de dichas naves: "al forjar un metal, queda un registro de la gravedad del planeta donde se hizo", pero no hay ni siquiera un mínimo fragmento de ellos. Ni de restos biológicos, ni siquiera bacterias.

Y a la falta de evidencias (fáciles de conseguir), se une la falta de reportes del fenómeno por parte de colectivos especializados en la observación del cielo, y a las observaciones empíricas no coincidentes del fenómeno. "Todos conocemos casos de avistamientos de OVNIs de otra persona, pero curiosamente, el colectivo que más observa el cielo es el que nunca los ve, y quien va una vez al año a cazer OVNIs, ve cuatro el mismo día".
Atentos a la cara de Óscar Blanco
Finalizaron la charla con la historia de Carl Sagan titulada "Tengo un dragón en mi garaje": esa frase es la que dice un amigo a otro, quien (como nunca vio ninguno), le acompaña al lugar. Registra de arriba a abajo el garaje, pero no lo ve. Su amigo le dice que es invisible, así que tira harina por todo el suelo, para que queden reflejadas las pisadas, pero su amigo le dice que el dragón flota. Vale, pues vamos a lanzar pintura al aire a ver si así lo vemos, pero su amigo le responde que el dragón es incorpóreo. La última idea es coger unas gafas especiales que detectan el infrarrojo, para ver, al menos, las llamaradas; el problema es que el dragón exhala fuego frío. El problema de todo ello es que "un dragón invisible e incorpóreo, que flota y exhala fuego frío es indistinguible de un dragón que no existe".

Turno de preguntas:

Repetí a Borja Tosar la pregunta que le había hecho meses antes, sobre un "OVNI" verde que había visto en mi infancia. En plena noche de estrellas fugaces, vi algo que tenía el tamaño y forma aparentes de una estrella fugaz, pero color verde. La respuesta es que el color depende de la composición del cuerpo que entra en la atmósfera, igual que sucede con los fuegos artificiales. La siguiente pregunta tuvo que ver con un globo sonda soltado hace poco en las cercanías.

Pero la mejor de todas fue la tercera pregunta. A mi lado había un señor bastante crédulo con estos temas (llegó poco antes de llegar la charla a la mitad), quien reprochó a los conferenciantes que hicieran una charla tendenciosa: "los científicos son los importantes". Dice que en vez de mostrar las dos visiones, mostraron sólo la de la ciencia. "Después de muchos años, mucha gente sigue creyendo en platillos volantes: por algo será".

Los ponentes respondieron que, el que la disciplina lleve mucho tiempo no significa que sea cierta: "la astrología tiene muchos años y poca gente cree en ella". "Lo de que poca gente cree en ella lo dices tú" respondió el caballero, visiblemente enojado. Los ponentes dejaron claro que su conferencia no perseguía desacreditar nada, sino mostrar su visión del asunto como colectivo que observa el cielo frecuentemente.

Me decidí a levantar la mano para comparar el problema que tiene la astronomía con los OVNIs y la astrología, con el problema de la biología con el creacionismo: "está demostrado, no digo por la Teoría de la Evolución (si a la gente no les gusta la palabra teoría), sino por las Leyes de Mendel, que las especies cambian, pero aún así siempre habrá quien se niegue a aceptarlo. Pude haberlo comparado con la medicina y su problema con la homeopatía (¿la próxima generación de discos duros estará basada en la memoria de las moléculas del agua?), o pude haberles recomendado que hiciesen una charla de matemáticas mostrando, no sólo la vision ortodoxa de que 2+2=4, sino tamblén su principal alternativa (2+2=5) y otras minoritarias (2+2=3, 2+2=0 o incluso 2+2=4-8+15-16+23-42)

Aproveché para recordar que a la Agrupación Astronómica Ío pertenece Daniel Fernández Mosquera, quien imparte la asignatura de Introducción a la Astrobiología: vida en otros planetas desde una perspectiva científica.

No hay comentarios: